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Durante los primeros años de vida, los más pequeños pueden adquirir una serie de malos hábitos orales que, si no son detectados y corregidos a tiempo, pueden ocasionar ciertos problemas en la boca. Muchos de estos pueden producir deformaciones dentoesqueléticas, complicando el desarrollo orofacial. Es decir, comprometiendo el crecimiento de los dientes y de los huesos maxilares y mandibulares. Asimismo, esta situación puede afectar a otras partes del cuerpo, como al sistema respiratorio y digestivo, y originar problemas en el habla y en el aprendizaje.

El uso prolongado del chupete y del biberón, la respiración a través de la boca, la deglución atípica, la succión del pulgar o una dieta demasiado blanda son algunos de los hábitos parafuncionales relacionados con la maloclusión. Esta afección oral, una de las más recurrentes entre las sociedades desarrolladas, tiene que ver con la malposición de los dientes o con la forma en que las piezas de la arcada superior y de la inferior encajan entre sí.

En este artículo, desde nuestra clínica dental en Albacete, te explicamos cómo pueden detectarse estos malos hábitos orales y cuáles son los tratamientos más frecuentes para solventar la maloclusión.

¿Cómo puede detectarse la presencia de hábitos parafuncionales adquiridos durante la infancia?

A pesar de lo que muchos padres y muchas madres siguen pensando, lo cierto es que, una vez cumplidos los 6 años, los niños deberían visitar por primera vez al ortodoncista. No obstante, los malos hábitos orales pueden aparecer antes de esa edad. Este tipo de prácticas no tienen un origen orgánico, sino que responden a motivos, en muchas ocasiones, psicológicos y/o sociales.

Por ello, también es importante que los más pequeños inicien las visitas con el odontopediatra durante su primer año de vida. De esta manera, se podrá detectar de forma temprana cualquier hábito parafuncional adquirido, evaluarlo y corregirlo antes de que ocasione complicaciones de mayor gravedad para la boca.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de los malos hábitos orales?

A pesar de que la sintomatología de los diversos malos hábitos orales puede variar, es importante tener en cuenta los siguientes indicios:

  • Dificultad para cerrar la boca y/o permanecer con los labios juntos.
  • Problemas durante la masticación y, sobre todo, la deglución de los alimentos.
  • Ronquidos a lo largo de las horas de sueño.
  • Tendencia a llevar el pulgar a la boca de forma constante.
  • Respiración a través de la boca.
  • Inconvenientes para, una vez cumplido el primer año, incorporar alimentos sólidos en la dieta.
  • Colocación de la lengua en una posición baja y/o entre los dientes.
  • Encías inflamadas.

¿Cuáles son los tratamientos más frecuentes para corregir estos hábitos?

Los malos hábitos orales, prolongados en el tiempo, pueden provocar maloclusión. Esta situación, a su vez, puede requerir un tratamiento de Ortodoncia.

En un primer momento, durante el periodo conocido como dentición mixta, cuando conviven en la boca los dientes de leche y algunos de los permanentes, el ortodoncista puede valorar la necesidad de iniciar un tratamiento con ortopedia o con Ortodoncia interceptiva. Más tarde, entre los 11 y los 13 años, en dependencia del grado de maloclusión, puede ser necesario un procedimiento con de Ortodoncia correctiva con brackets o alineadores transparentes.

En todo caso, las consecuencias orales de estos hábitos dependerán, básicamente, de la edad en la que se inician, de la duración, de la frecuencia y de la intensidad con la que se realizan. Por ello, desde Centro Avanzado de Odontología Belmonte te recomendamos que, si tu hijo o tu hija presenta algunos de estos síntomas, lo consultes con tu dentista. Si necesitas más información al respecto, puedes ponerte en contacto con nosotros.