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El cepillo de dientes, que puede ser de diversos tipos, tamaños y colores, es, sin duda, la herramienta principal de la higiene bucodental diaria. Gracias a su uso, conseguimos eliminar gran parte de los restos de los alimentos que ingerimos y de la placa bacteriana que puede acumularse en la cavidad oral. A pesar de que el hilo dental, los cepillos interproximales e incluso el colutorio están indicados para la limpieza de las zonas interdentales, lo cierto es que el cepillado de los dientes sigue siendo la acción más determinante para mantener una salud oral óptima.

Precisamente por ello, es importante mantener el cepillo de dientes en un buen estado y cambiarlo cada cierto tiempo. De esta manera, podremos evitar que los agentes patógenos de la boca, que pasan a los filamentos del cepillo, vuelvan a ponerse en contacto con los dientes y las encías.

¿Sabes cada cuánto tiempo y ante qué situaciones deberíamos desechar nuestro cepillo de dientes por uno nuevo? ¿Conoces qué pasos seguir para conservar esta herramienta en buen estado? En este artículo, desde nuestra clínica dental en Albacete, te despejamos todas las dudas al respecto.

¿Cuándo debemos reemplazar el cepillo de dientes?

Por lo general, se recomienda cambiar el cepillo de dientes cada tres meses. Sin embargo, existen ciertas circunstancias en las que, a pesar de no haber transcurrido este tiempo, también es necesario desecharlo:

  • Cuando los filamentos empiezan a abrirse o a desgastarse.
  • Después de un resfriado o de una gripe.
  • A la vuelta de un viaje, sobre todo, si este se desarrolla en países lejanos.

¿Cómo debemos conservarlo?

Diariamente, además, es oportuno mantener el cepillo de dientes en unas condiciones óptimas, ya que, al fin y al cabo, este instrumento está en contacto continuo con los dientes y las encías. Por otro lado, aunque lo más habitual es guardar el cepillo en el baño, donde llevamos a cabo la higiene diaria, ¿has reparado en que este es un lugar húmedo, donde, además, puede entrar en contacto con otros cepillos? Esta situación, en muchas ocasiones, favorece la proliferación de microorganismos.

Por ello, durante el cepillado de los dientes, es importante tener en cuenta una serie de consideraciones:

  • Antes de iniciar la higiene oral, lávate las manos. De esta manera, podemos evitar que, si existen bacterias en estas, pasen al cepillo.
  • Enjuágalo con abundante agua después de su uso, asegurándote de que no quedan restos de alimentos en él.
  • Espera a que los filamentos se hayan secado para poner el capuchón al cepillo, ya que el ambiente húmedo y cerrado favorece el desarrollo de microorganismos.
  • No compartas, en ningún caso, tu cepillo de dientes con nadie.

Recuerda que, además de mantener una higiene bucodental exhaustiva, es importante que visites a tu dentista de forma periódica. De esta manera, podremos detectar de forma precoz cualquier afección que se desarrolle en los dientes o en las encías. ¡Estamos encantados de poder ayudarte a sonreír!